Todas esas vidas que se abrazan, se entrlazan, se chocan y después se separan como si nada, como si nunca se hubiese pasado nada entre ellas, como si no se hubiesen sentido unas con las otras.
Sus pieles se vuelven indiferentes y hasta asquerosas hacia el roce con otras similares. Incluso depués de una caricia siguen caminando sordos por su propia aventura que no comparten con nadie más que con ellos.
Distantes en su melodía se enconden para nisiquiera tener que soportar otras miradas o otras voces que no le sean familiares.
Inmersos en sus telas se miran raro cuando no se parecen a las suyas, hasta se insultan con el pensamiento.
Caminan solos a sus destinos porque toleran la multitud pero no las relaciones personales. Se diriguen como seres racionales que son sólo a hacer lo que les corresponde. El cemento ahoga el ruido de sus pies al caminar, van erguidos, siempre mirando al frente y su andar es rápido.
No soportan el silencio, ni la oscuridad. Viven en sus pequeñas jaulas y sólo las abandonan en busqueda de alimento.
En verano emigran en distintas direcciones en busqueda de ocio. No todos tienen períodos de descanso porque son injustos por naturaleza.
Su religión tiene un "Cristo" artificial, con precio que se paga al contado o en cuotas.
Ajenos entre sí se desarrolla su comunidad.
Así se maneja un animal de ciudad.
Sus pieles se vuelven indiferentes y hasta asquerosas hacia el roce con otras similares. Incluso depués de una caricia siguen caminando sordos por su propia aventura que no comparten con nadie más que con ellos.
Distantes en su melodía se enconden para nisiquiera tener que soportar otras miradas o otras voces que no le sean familiares.
Inmersos en sus telas se miran raro cuando no se parecen a las suyas, hasta se insultan con el pensamiento.
Caminan solos a sus destinos porque toleran la multitud pero no las relaciones personales. Se diriguen como seres racionales que son sólo a hacer lo que les corresponde. El cemento ahoga el ruido de sus pies al caminar, van erguidos, siempre mirando al frente y su andar es rápido.
No soportan el silencio, ni la oscuridad. Viven en sus pequeñas jaulas y sólo las abandonan en busqueda de alimento.
En verano emigran en distintas direcciones en busqueda de ocio. No todos tienen períodos de descanso porque son injustos por naturaleza.
Su religión tiene un "Cristo" artificial, con precio que se paga al contado o en cuotas.
Ajenos entre sí se desarrolla su comunidad.
Así se maneja un animal de ciudad.
Paula.
me sonó como a una evolución del hombre, pero una evolución hacia lo que hoy son o somos, osea que vendría a ser una involución , en fin... me gusta mucho como escribís vos también! y prepará tus escritos que en el veranete se viene el super blog colectivo en el que podrás estar participando por 5000$ jaja eso no, pero lo del blog si es de verdad jaja
ResponderEliminarsiga así compañera puanera ! y obvio que la voy a extrañar...
te quiero !
agus-